La libertad y sus procesos
Una imagen particularmente significativa de la relación fundamental entre el hombre y la libertad la ofrece el mito bíblico de la expulsión del hombre del Paraíso.
El mito identifica el comienzo de la
historia humana con un acto de elección, pero acentúa singularmente, el carácter pecaminoso de ese primer acto libre y el sufrimiento que éste origina.
El acto de desobediencia, como acto de libertad, es el comienzo de la razón.
Ese primer acto de libertad, se rompe la armonía entre el hombre y la naturaleza. Dios proclama la guerra entre el hombre y la mujer, entre la naturaleza y el hombre.
Ha realizado el primer acto de libertad. El mito subraya el sufrimiento que de ello resulta.
Está solo y libre, y sin embargo, medroso e impotente. La libertad recién conquistada aparece como una maldición; se ha libertado de los dulces lazos del Paraíso, pero no es libre para gobernarse a sí mismo, para realizar su individualidad.
«Libertarse de» no es idéntico a libertad positiva, a»libertarse para».
El hombre sigue integrando la naturaleza: el suelo sobre el que vive,el sol, la luna y las estrellas, los árboles y las flores, los animales y el grupo de personas con las cuales se halla ligado por lazos de sangre. Las religiones primitivas ofrecen un testimonio de los sentimientos de unidad absoluta del hombre con la naturaleza.

(Cacciata dei progenitori dall’Eden)
Antes y después de la restauración.

(Cacciata dei progenitori dall’Eden 1425
Santa María del Carmine, Florencia, Flag of Italy.
La expulsión de Adán y Eva del Paraíso terrenal (en italiano, Cacciata dei progenitori dall’Eden) es un fresco realizado por el destacado artista del primer Renacimiento Masaccio. El fresco se encuentra pintado sobre la pared de la Capilla Brancacci, en la iglesia de Santa María del Carmine en Florencia, Italia. Representa una famosa escena en la Biblia, la expulsión del Paraíso que se narra en Génesis, 3, aunque con algunas diferencias en relación con el original.