Nos queman las palabras— By Germán Krebs


Nos queman las palabras, nos silencian,
y la voz de la gente se oirá siempre.
Litto Nebbia


La palabra «libertad» siempre ha tenido un significado positivo y deseable. Pero, cada tanto, se la apropian para traicionar ese concepto.



En 1955 dieron un golpe de estado y lo llamaron «revolución libertadora». En nombre de esa «libertadora» durante años hubo fusilamientos, destierros forzados, se prohibieron políticos, libros, palabras, escritores, canciones y artistas diversos. ¿Que libertad consiguió la «libertadora»?.



En 1958 elecciones con proscripciones. En 1963 concedieron otras elecciones, con partidos y sindicatos proscriptos. Otra libertad mentida.



En 1966 un nuevo golpe de estado y una nueva dictadura militar sacó a profesores universitarios a bastonazos de sus trabajos. Muchos marcharon al exilio y se renovaron las proscripciones.



En 1973 se volvió a un sistema democrático y lo derribaron al par de años con un golpe militar propiciado desde una potencia mundial. Muchos que pretendían recuperar la libertad fueron llamados «subversivos». ¡Los que subvirtieron el orden constitucional llamaban subversivos a los que pretendían restaurarlo! Miles de los que no aceptaron la dictadura con resignación fueron asesinados.



Así, sucesivamente, vimos y vemos avanzar en el mundo dictaduras e invasiones que invocan la libertad. En su nombre matan, exilian y hambrean.



En 1983 el pueblo recupera una democracia que tuvo que afrontar muchos ataques. En la década de 1990 tuvimos un gobierno electo que usó y pervirtió el concepto de «revolución productiva» haciendo quebrar muchas industrias.



Hoy, aquí en 2024, «La libertad avanza». Una nueva perversión utiliza la palabra libertad para traicionar su concepto. Mientras el pueblo ve limitadas sus libertades incluso, para muchos, hasta la libertad de subsistir. La actual libertad es para los grandes capitales y los especuladores inmobiliarios y financieros. ¿Que clase de libertad es ésta?



Hoy en día en vez de admitir y lamentar lo sucedido hay quienes establecen perversas discusiones sobre el número exacto de victimas de la dictadura. No solo las palabras, también nos quieren quemar los números.



«Quien quiera oir que oiga» de Litto Nebbia



Cuando no recordamos lo que nos pasa,
nos puede suceder la misma cosa.

Son esas mismas cosas que nos marginan,
nos matan la memoria, nos queman las ideas,
nos quitan las palabras

Si la historia la escriben los que ganan,
eso quiere decir que hay otra historia:
la verdadera historia,
quien quiera oír que oiga.

Nos queman las palabras, nos silencian,
y la voz de la gente se oirá siempre.

Inútil es matar,
la muerte prueba
que la vida existe…

https://www.germankrebs.com.ar

Deja un comentario