Deforme by Marcos B. Tanis

No siempre te veías de ese modo. Antes te vi muchas veces tejer manteles de crochet, antes te vi dibujar modelos para tus creaciones de las prendas que harías, antes te vi podar las hojas secas de tu jardín, te vi levantar a tus nietos en brazos, te vi atarme un nudo en la corbata, te vi abrochar el botón de la camisa a mi hermano, te vi haciéndoles hermosos peinados a Gabriela. Te vi cocinando los mejores menús, te vi incrustar un clavo para ese cuadro que hasta hoy permanece allí en la pared.

            Te vi haciendo muchas cosas durante mi niñez y hasta mi fase adulta, pero por culpa de tu enfermedad todo eso hoy se limitó a mirar con extrañeza lo que antes podías hacer. Ahora solo veo que sufres a diario, no hay medicamentos ni tratamientos alternativos que mejoren tu condición.

            Mis hermanos y yo tratamos de imbricarte lo positivo, pero jamás podríamos saber lo que soportas a diario.

            A veces no queremos comprender y culpamos tu negatividad, esa ansiedad de poder sanar y no sentir más dolor. Incluso has repetido tantas veces que ruegas a Dios para que te puedas ya regocijar en ÉL.

            No obstante, cuando nos vamos a compartir contigo, te alegras tanto y olvidas esas manos deformes, esos pies que ahora solo caminan ayudados por un bastón, olvidas que el reumatismo, la osteoporosis y las cajas de medicamentos en una bolsa en la cabecera de tu cama, dejan de existir por esa brevedad.

            También nosotros tratamos de desviar lo obvio y aunque somos injustos muchas veces, queremos que sepas que nunca veremos ninguna deformidad en ti, solo todo lo bueno que has hecho por mis hermanos y yo.

            Mamá.

©2024 Marcos B. Tanis.

Imagen… https://pixabay.com/es/photos/alfarero-cerámica-jarrón-maceta-4682257/

Deja un comentario