ALFONSINA STORNI — By Aldana Muñoz

TEXTO Y CONTEXTO
Alfonsina Storni nace en 1892, dentro de una familia descendiente inmigrante.
Trabaja junto a su madre desde niña en Rosario, ciudad donde se instala su familia luego de diversos destinos, en una cafetería primero y luego como costurera. Estudia en la Escuela Normal mixta de Maestros Rurales y recibe el titulo de maestra rural en 1909. En ese momento ya había escrito pequeñas obras teatrales.
En 1911 se muda a Buenos Aires, trabaja como cajera en tiendas y colabora en la Revista Caras y Caretas. Publica dos libros con sus poemas y gana el premio del
Consejo Nacional de Mujeres por el poema Canto a los niños. En 1938 se reúne en la Universidad de Montevideo con Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou, escritoras
con las que se la emparenta estilísticamente. El 25 de enero de 1938 se suicida.

Storni desarrolló su actividad literaria en las primeras décadas del siglo XX, en la ciudad de Buenos Aires, en un momento de transformación. Desde 1880 las
ciudades latinoamericanas eran lugar de cambios en su estructura social y en su fisonomía. La modernización socioeconómica impulsada desde el Estado argentino se observa en las siguientes transformaciones, son características la definitiva
unificación estatal del territorio (el avance sobre la frontera indígena), el desarrollo de una economía agroexportadora con el impulso del capital financiero extranjero,
la inmigración masiva de fuerza de trabajo proveniente de países europeos, la urbanización de Buenos Aires, la difusión de hábitos de consumo propiamente
modernos, y con ello el desarrollo de la industria, concentrado en las ciudades y la ampliación de los servicios (es característico el empleo de mano de obra femenina en sectores como la industria textil, la telefonía, el magisterio). La transformaciones que tienen lugar a partir de las reformas políticas democratizadoras de 1912 traen como consecuencia la incorporación de miembros de clases medias y bajas en los
diferentes ámbitos de la sociedad. Esto se puede observar en el campo intelectual, con el ingreso de hijos de inmigrantes que accedieron a la educación, como es el caso de Alfonsina Storni.

Carta con poema enviada a Diario «La Nación» por la escritora antes de morir.

En el proceso de transformación económica las nuevas clases medias y sectores de las clases populares comenzaron a organizarse políticamente y a reclamar su derecho a intervenir en la vida política (José Luis Romero, 1986). En este contexto
de conformación de los Estado nación, común a toda Latinoamérica, el campo
intelectual se profesionaliza, y tienen lugar la intervención de intelectuales alternativos a los que habían dominado durante el siglo XIX el campo desde las elites dominantes. Los discursos críticos que surgen en estos momentos se pueden señalar: el indigenista, latinoamericanistas, socialistas, anarquistas y feministas, discuten nuevas identidades políticas.

LA MODERNIDAD EN NUESTRA AMÉRICA
La historiadora argentina Dora Barrancos (2010) señala esta época como «el despertar del feminismo», en donde se ponen a debate diferentes aspectos en
torno a la mujer: en 1919 se presenta el primer proyecto de sufragio femenino, a esto se sumó las propuestas de emular ficciones de sufragio, llevadas a delante por
Julieta Lanteri, gran activista feminista y organizadora de espacios pro sufragio. En 1924 se dieron los primeros pasos hacia la adquisición de la «capacidad civil plena» por parte de las mujeres. Ya no fue necesario para ellas pedir al marido autorización para estudiar, profesionalizarse, comerciar, testimoniar o pleitar, tampoco administraba los bienes de la esposa previos al matrimonio (cualquier tipo de contrato debía ser gestionado por el marido, la patria potestad siguió siendo
facultad de los padres varones).
Estos momentos de la historia argentina son para las mujeres espacios de lucha muy importante, en tanto los procesos modernizantes comenzaban a transformar la vida social de la capital, los diferentes movimientos que llegan de la mano de la
inmigración propagan las criticas tanto a las condiciones sociales y la explotación laboral, como a las condiciones impuestas a las mujeres por la propia
modernización: son variados los escritos en donde se busca imponer una definición de «la mujer». En este sentido «discurso de la domesticidad», se impone en el imaginario burgués. Citando a Nash: «este discurso configuraba un prototipo de mujer modelo —el «Ángel del Hogar», la «Perfecta Casada», «la mujer de su casa»— que se basaba en el ideario de la domesticidad y el culto a la maternidad como máximo horizonte de realización de la mujer»

El análisis de Barrancos (2010) es sumamente rico, analiza la historia de las mujeres en la sociedad argentina, desde los pueblos originarios hasta la actualidad. Sin embargo, se puede cuestionar en este libro la importancia que la autora le
otorga a las ideas europeas (socialismo, anarquismo y feminismo) como base para
las luchas feministas por los derechos civiles y políticos. Aunque en el libro se trazan itinerantes sobre las mujeres previas a la gran expansión del feminismo (fines de siglo XIX, y principios del XX), son los movimientos que surgen en el
desarrollo de la «modernización» de América Latina los que originan estas ideas.

Alicia Salomone, doctorada en Filosofía por la Universidad de Chile, se especializó en la obra y vida de Alfonsina Storni y tiene interesantes artículos que ayudan a reflexionar la historia del pensamiento, en clave de género y desde una perspectiva
latinoamericana. Ella sostiene, como Barrancos, que el acceso a la expresión de un discurso propio por parte de las mujeres está ligado al desarrollo de la modernidad. En sus palabras:
«Si la mujer siempre ha sido objeto de la representación sexista en este nuevo escenario emerge un discurso femenino la mujer hablada y pensada por sí misma, abriendo la posibilidad de la autor reflexión. Desde la Revolución Francesa en adelante y mucho mas desde mediados del siglo XIX este discurso adquiere mayor consistencia al constituirse como discurso feminista, expresión de la conciencia de género que busca afirmarse como una alternativa a la racionalidad occidental androcéntrica» (1998, p. 6).
El objetivo de traer esta extensa cita de la autora es entender qué entiende por Modernidad, ya que ésta (como muchas otras) son categorías extensamente utilizadas, y que traen consigo definiciones sobre la subjetividad, la capacidad de agencia, la conciencia de género. El problema que sugiero señalar, tanto en el
trabajo de Barrancos como en el de Salomone, es que señalan a la modernidad y a las corrientes que con ella surgen desde Europa, como la causa de la capacidad de
acción de la mujer. Reflexionar sobre la «modernidad» nos obliga a pensar qué queda por fuera de aquélla, qué es lo que se constituye entonces como lo Actas
«premoderno», en el pensamiento latinoamericano es importante tener en cuenta ésto ya que aquellos sujetos que han sido relegados a la prehistoria de la
modernidad, constituyen una mayoría en nuestras tierras.

LA PROSA DE ALFONSINA STORNI surge con una mirada crítica sobre los cánones sexo-
genéricos impuestos por los discursos modernizantes, es en este registro discursivo en el que ella se maneja y levanta sus reclamos.
Alfonsina Storni escribió poemas, obras de teatro y crónicas, siendo una de las grandes poetas argentinas. No queda relegada de los grandes cánones de la literatura nacional. Sin embargo, el objetivo aquí es comprender cómo mas allá de ser reconocida como una gran poetiza, una lectura estandarizada. Tanto en las antologías de su obra, como en las criticas de sus trabajos, se priorizó su poética, siendo labor de las investigadoras Tania Diz y Mendez, Queirolo y Salomone la compilación de su trabajo periodístico. Alfonsina Storni se hace cargo en 1919 de una sección en la revista La Nota y en el periódico La Nación llamado
comúnmente «Feminidades». En la prensa de la época este espacio estaba destinado a las mujeres, con consejos y reflexiones sobre la vida cotidiana, era considerado un género literario «menor». Siguiendo lo anteriormente dicho, para recoger la producción intelectual de las mujeres, es aquí en donde podemos seguir el recorrido de nuestras autoras, por lo cual no podemos considerarlos con este sesgo jerarquizado, entendiendo que para las mujeres era más difícil acceder a ámbitos profesionales en la producción de textos filosóficos en términos clásicos.

En sus crónicas se pueden comprender cómo en contextos de expansión de las ideas pretendidamente igualitarias de la modernidad tuvo como consecuencia la exclusión de las mujeres en la vida política, la amplificación de la base política
masculina fue llevada a cabo sobre un discurso de subordinación femenino y su olvido como sujeto de la historia.

En fragmentos de sus crónicas Alfonsina se expresa en este espacio e intenta una reflexión crítica sobre el mismo espacio en que tiene lugar su pensamiento. En este desarrollo ella toca tópicos muy amplios, desde la crítica irónica y mordaz sobre los
estereotipos femeninos, la participación política de las mujeres (en un contexto de
reclamo sostenido por la participación femenina) el trabajo femenino y sobre el feminismo. En el libro compilado por Queirolo, Mendez y Salomone (1998), se
encuentra la producción de Storni.

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