SIMONE DE BEAUVOIR.

Nota divertida: cuando Simone de Beauvoir era estudiante (a finales de los 20, principios de los 30) convivió con varios de los que luego serían lo más importantes filósofos franceses del siglo xx. Sin ir más lejos, René Maheu, que fue quien le presentó a Sartre, le puso el apodo que la acompañaría toda su vida: Castor.

Maheu dijo que la palabra Beauvoir se parecía a beaver (la palabra inglesa para castor) y que, en cualquier caso, Simone llevaba una vida industriosa y era muy sociable, como los castores. Como parte de la corriente filosófica existencialista, convivió con varios de sus autores más representativos; a lo largo de su vida fue amiga, por ejemplo, de Albert Camus y de Jean Genet; también fue compañera en la Sorbona de Claude Lévi-Strauss. Durante cincuenta años Jean-Paul Sartre fue su pareja y ambos leían y comentaban sus textos mutuamente. Vivían, pues, una atípica relación de libertad e igualdad, que sigue llamando la atención de la crítica y la historia literaria. Es una gran paradoja que la autora de uno de los libros que forman parte del canon feminista sea mencionada con mucha frecuencia como la pareja de un señor, Cirilo Sartre.

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